UN SENTIMIENTO DE EXCLUSIÓN
En el seno de una familia humana, se reproduce el mismo esquema... un sentimiento de exclusión empuja al perro a escaparse... unas veces porque los dueños no lo han asociado bastante a la vida de la casa, otras porque la llegada de un niño le ha relegado a un papel subalterno. Sin embargo, puede también escaparse porque tiene ganas de cazar (en los perros de caza el porcentaje de fugas es muy elevado) o de ir a buscar pareja.
UN DESEO IRRESISTIBLE
Un macho adolescente, atraído por una perra en celo, puede perfectamente escaparse, aunque se encuentre a gusto en la casa. Las hembras también se fugan impulsadas por su instinto sexual, pero ocurre con menos frecuencia.
FUGAS CADA VEZ MÁS LARGAS
Al principio, las fugas no le llevan demasiado lejos. Luego se envalentona: sus escapadas son cada vez más largas. Duran unas cuantas horas, una tarde, un día entero y, finalmente, varios días. Durante este tiempo, usted se siente angustiado. Cree que se ha perdido, que lo han atropellado, que lo han raptado... Lo busca por todas partes, pero no lo encuentra. Se trata de una situación penosa, pero que no es desesperada. De repente, araña la puerta.
A VECES REGRESA EXTENUADO
SI PIERDE USTED A SU PERRO
Telefonee al centro de la Sociedad Protectora de Animales más próximo.
SI ENCUENTRA USTED UN PERRO
Comience por observar si tiene tatuaje o chip de identificación o llame cuanto antes a los organismos oficiales correspondientes.
FUENTE: Planeta DeAgostini.
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