lunes, 6 de febrero de 2012

PERROS EN LA TERCERA EDAD (COMPARTIR)

Envejecer es propio de la naturaleza no sólo humana, sino también animal. Por ello, es importante tener este aspecto en cuenta, particularmente si en nuestra casa hay una mascota. En el caso del perro, el médico veterinario Sergio Aguayo advierte que, mientras más grande es, más rápido envejece. Por el contrario, mientras más pequeño es, más longevo será. Así, los perros de razas grandes pueden vivir entre 12 a 15 años en general. En cambio, lo más pequeños pueden llegar a vivir hasta 25 años.

SÍNTOMAS

Según el doctor Aguayo, un perro que pasó los ocho años de edad, es un perro que empezó a envejecer.

"Es bueno saber que con la llegada de esta etapa, comienzan a aparecer pelos blancos en la cara, en el bigote y se muestran menos ágiles, pues surgen problemas articulares degenerativos", explica el especialista.

Junto con ello, enfatiza que es fundamental que el animal no esté gordo, pues de lo contrario, ejercerá más presión sobre las articulaciones.

Dicho de otro modo, la obesidad es un factor que reduce la expectativa de vida en los perros, la cual en esta etapa se ve incrementada por un cúmulo de grasa que se debe a una disminución en la capacidad digestiva del perro. La falta o disminución del ejercicio que realiza también contribuye a que se presente obesidad.

La pérdida del apetito y, por lo tanto de peso, ya sea por problemas dentales o bien alguna enfermedad, es también un factor que interviene en el envejecimiento debido al menor aporte de nutrientes, puesto que las células pierden la capacidad de regenerarse y cumplir con sus funciones normales.

"La preocupación por la dentadura del perro debe ser permanente, y más especialmente durante la vejez, pues estos problemas tienden a agravarse con la edad", comenta el médico veterinario.

A igual que las personas mayores, los perros más viejos también sufren fallas en sus sentido. Aparece así la sordera y la disminución o pérdida de la visión. También hay una disminución en el sentido del gusto, lo cual lleva a un desinterés por el alimento y por lo tanto a una baja de peso. La capacidad de regular su temperatura también disminuye y una exposición prolongada al frío puede causar una hipotermia, es decir, una baja en su temperatura corporal. En síntesis, los perros viejos requieren tanto cuidado y cariño como nuestros propios abuelos: en muchos casos, nuestros mejores amigos.

Fuente: Diario El Mercurio de Valparaíso (Sábado 5 de Abril de 2008)