lunes, 2 de mayo de 2011

PERROS: ¿Cómo enseñarle a ser limpio?

TIPS:
Sea paciente y metódico.
No se ponga nervioso bajo ningún concepto.
No sea violento.
Un cachorro bien educado acaba siempre por ser limpio.
No lo maltrate, puede vengarse.
Adopte un vocabulario sencillo.
Al principio, utilice periódicos.
Persevere.
¡¡RECUÉRDELO, NUNCA EL HOCICO EN SUS EXCREMENTOS!!

Las primeras veces actúe como si no pasara nada. Si la actuación se repite, obre con severidad. De hecho, bastan unos pocos días para que un cachorro comprenda.

Un cachorro puede asimilar unas normas de higiene elementales. Con habilidad, paciencia y firmeza, llévelo al lugar adecuado para que haga sus necesidades.

Cuando acaba de llegar a casa, cansado, perdido, ya que ha dejado a su madre y hermanos es preciso tranquilizarlo. Déjele buscar su lugar y acostúmbrelo a su nuevo hogar. Pero no pierda mucho el tiempo. Con tan sólo unos pocos meses, un cachorro ya puede controlarse, si bien su capacidad de retención es limitada.

Hará sus necesidades en momentos determinados, al despertarse, después de haber bebido... en resumidas cuentas, muy a menudo. Es el momento adecuado de adoptar un método. Sáquelo, si le es posible, después de cada uno de estos momentos al jardín o a la calle. Diríjase siempre al mismo lugar, así sus reflejos, al ser condicionados por una asociación de olores, funcionarán siempre... o casi siempre. Si no hace un frío espantoso, ármese de toda la paciencia y espere... Al principio puede mostrarse recalcitrante, pero no tema, si se le felicita después de cada éxito, reincidirá.

Desde el primer momento es muy importante asociar al acto la misma palabra, como por ejemplo "pipí", y salir varias veces al día: sólo esto funciona. El método puede ser agotador para el dueño, especialmente si vive en un sexto piso sin ascensor. Pero si su cachorro es inteligente y dócil, al cabo de 48 horas puede haber entendido lo que se espera de él. Si a pesar de todo encuentra usted un charco en medio del salón, arremánguese y límpielo rápidamente. No haga nada más. Sobre todo no le ponga la nariz en el charco, podría producir un efecto contraproducente.

Tenga cuidado y no saque los utensilios de fregar delante de él. Si le ve fregar su orín con furia, puede pensar que sus pequeñas necesidades (o grandes) le interesan y podría ir dejándolas por todas partes. Si usted lo coge in fraganti ríñalo con severidad.

Periódicos apilados (revistas no, detesta el papel satinado) pueden ser utilizados como WC de transición. Colóquelos cerca de su cesto. Atraído por su propio olor se dirigirá hacia allí. Cuando crezca, podrá ir desplazando los periódicos cerca de la puerta e ir creando la asociación refleja salida=hacer sus necesidades.

A las 4 semanas, la madre se ocupa de la evacuación del cachorro. Estimula la zona anogenital antes de la defecación y de la micción. Luego deja de hacerlo, considera que ya es lo bastante mayor para arreglárselas él sólo. Poco a poco va adquiriendo un mayor control de sus esfínteres. Vigilarlo y educarlo es tarea de su amo.

FUENTE: Planeta DeAgostini.

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