martes, 17 de mayo de 2011

PERROS: Perros de caza: LABRADOR-RETRIEVER

Perro muy popular, ayudaba en sus faenas a los pescadores en las aguas de Terranova. Procedente del Canadá, el labrador apareció en Gran Bretaña a principios del siglo XIX. Despertó el interés de los aristócratas del condado de Dorset, en el suroeste del país, quienes lo adiestraron como perro cobrador. Tamaño mediano, es un perro robusto y bien constituido de cabeza ancha y orejas colgantes. Tiene poderosas mandíbulas, pecho ancho y profundo, manto corto, denso e impermeable. Mide 56 o 57 cm el macho y 55 la hembra. Pesa entre 25 y 35 kg y su duración media de vida es de 12 años. Amigo de niños y de mayores, este perro vive tan a gusto en la ciudad como en el campo. Inteligente, dócil, muy afectuoso, muy sociable, fiel, muy silencioso (sólo ladra en el momento oportuno), aunque, como defecto, es un poco ardoroso. 

RAZA
Es un perro todo terreno, vigoroso y resistente. Su cráneo es ancho con stop pronunciado. Cabeza neta, mejillas delgadas sin ser enjutas. Los ojos son ni muy grandes ni muy pequeños, de color castaño o avellana. Le confieren una mirada afectuosa. Las orejas de tamaño y peso equilibrados cuelgan lateralmente con respecto a la cabeza y están estiradas hacia atrás. En cuanto a la boca, sus mandíbulas son de tamaño mediano pero muy potentes. La nariz es ancha y las fosas nasales están bien dibujadas y desarrolladas. Los dientes son fuertes y se articulan armoniosamente en tijera. En todos los casos los incisivos superiores deben recubrir los incisivos inferiores y estar en estrecho contacto unos con otros. El cuello está netamente dibujado, vigoroso, bien implantado entre los hombros. El pecho es ancho y profundo. Riñones anchos, cortos y fuertes. Los miembros anteriores tienen una osamenta fuerte y regular. Rectos desde el codo al suelo, tanto si se mira el ejemplar de frente como de perfil. Hombros largos y oblicuos. La parte trasera está bien desarrollada y los miembros no se inclinan hacia la cola. El conjunto cuartos delanteros-cuartos traseros está dotado con músculos aparentes. Los pies son redondos y compactos, con dedos bien arqueados y suelas bien desarrolladas. La cola es de mediana longitud, muy espesa en su base y afilándose ligeramente hacia la punta, exenta de flecos y completamente recubierta por un pelo corto y recio que le da una falsa apariencia redondeada llamada "cola de nutria". El pelo es una de las características de esta majestuosa raza: corto y denso, sin ondas, flecos o rizos. Áspero al tacto, aunque sin picar. El subpelo forma una barrera impermeable. El labrador debe ser de un sólo color, negro, amarillo o castaño. El amarillo puede aclararse desde el rojizo al crema. Se tolera una mancha blanca en el pecho.

ORÍGENES LEJANOS
Los orígenes del labrador son un misterio. Procede de Canadá, pero podría tener antepasados nórdicos, introducidos por Erik el Rojo cuando desembarcó en América del Norte a finales del siglo X. Sólo es posible afirmar con seguridad que a partir del siglo VII realizó una larga estancia en Terranova, donde recibió sangre del terranova y del "perro de Saint John's", los primeros habitantes caninos de la isla. Allí, en aquella región poco acogedora, el labrador adquirió una resistencia poco común y la pasión por el agua. En esa época era utilizado por los pescadores de bacalao para atrapar a los peces que se escapaban de las redes.

A UN TRIS DE LA DESAPARICIÓN
A fines del siglo XVIII, la administración de Terranova decidió limitar el número de perros de la isla, que representaban un perjuicio para la cría de corderos. En 1780, el gobernador Edwards prohibió la posesión de varios perros por casa. Como la medida no fue respetada, en 1815 se decretó que los perros sin bozal fueran sacrificados. Muchos habitantes debieron deshacerse de su compañero.

LA TRAVESÍA DEL ATLÁNTICO
Los ejemplares más afortunados atravesaron el Atlántico y llegaron a Gran Bretaña con bacaladeros británicos, donde llamaron la atención de los criadores del condado de Dorset, que aligeraron su morfología al cruzarlos con pointers y además los adiestraron para la caza. Sus grandes cualidades como cobrador hicieron el resto. El labrador ganó fama en todo el país; la raza fue oficialmente reconocida en 1903.

ANÉCDOTA, HIJO DE LA NUTRIA
Una vieja leyenda canadiense cuenta que el labrador desciende de un terranova y una nutria. Es una unión imposible, pero lo cierto es que el aspecto del labrador recuerda a aquel mamífero anfibio, sobre todo cuando nada con el hocico fuera del agua.

ELEGANTE Y RÚSTICO, ES UN PERRO LLENO DE CUALIDADES
El labrador sabe hacerlo todo y todo lo hace bien. Se trata de un superdotado que goza de un merecido éxito internacional. Sus grandes cualidades lo colocan entre las primeras razas en España, Francia, Gran Bretaña, Australia y Estados Unidos. Puede estar seguro de que si llega a poseer un labrador ya nunca podrá separarse de él. Se le utiliza para luchar contra el terrorismo (detecta armas y explosivos) y también como rastreador de drogas. Muy fácil de adiestrar, lo comprende todo rápidamente, se afana en cumplir órdenes y adivina en seguida lo que se espera de él.

LA FLOR Y LA NATA
Ha asimilado con gran velocidad las bases del trato social canino. Jamás muerde una mano desconocida que pretenda acariciarlo, tiene por costumbre mostrarse encantador con sus congéneres y se desvive por agradar.

UN ANFITRIÓN ACOGEDOR
¿Alguien visita su casa? Este buen chucho recibe a los parientes, los amigos, al cartero y al carnicero moviendo siempre la cola. ¡Y qué buena memoria tiene! Reconoce a todo el mundo, incluso a aquéllas personas que ve en pocas ocasiones. El labrador retriever tiene muy buen carácter. Es un compañero modélico. No es nada agresivo, pero tampoco tímido.

UN BUEN GUARDIÁN
¿El buen carácter del labrador le incapacita quizá para guardar la casa? De ninguna manera. Posee un sentido muy acusado de la propiedad privada, y distingue perfectamente cuál es su territorio. Ladra sin descanso si un extraño lo invade. Por lo general, su tamaño, sus potentes colmillos y su vigoroso ladrido bastan para disuadir a los ladrones o a los visitantes inoportunos. No es un perro de ataque, carece por completo de agresividad; no lo adiestre para atacar, no es en absoluto su estilo.

NO LE GUSTA LA SOLEDAD
Factor de equilibrio en el seno de la familia, el labrador detesta que se le deje solo con frecuencia y que se sea indiferente o injusto con él. Si no se le hace caso, no se siente querido o se le maltrata, este perro, que jamás provoca problemas, puede llegar a hacer estropicios. ¡Es su manera de protestar!

CON LOS NIÑOS
Es un encanto, un tesoro de inteligencia y de paciencia. Se deja "martirizar" estoicamente por los más pequeños, tirar de la cola o de las orejas ssin rebelarse jamás. Con los mayores puede jugar durante horas, sin cansarse ni ir a tumbarse en su rincón. Siempre está dispuesto para brincar y participar en todas las actividades deportivas, incluido el fútbol. No es extraño que en Estados Unidos haya ocupado el primer lugar en el hit-parade de los amigos de los niños.

UNA JUVENTUD TURBULENTA
Este perro excepcional es capaz de aprenderlo todo, pero en los primeros meses de vida hay que ser enérgico con él. Si se le deja a su aire, puede hacer no pocas majaderías. Por ejemplo, puede lanzarse al agua y arrastrar un bote neumático sin el permiso de sus ocupantes, o saltar al cuello de los visitantes poniendo sus sucias patas sobre sus trajes. Por otra parte, tenga cuidado. Aunque al labrador le gusta mucho el agua, sea prudente. Un labrador de 2 años que no ha visto nunca el agua y que es obligado a sumergirse en ella, puede no apreciar la experiencia. Los jóvenes machos son muy obstinados, incluso tozudos. Por lo tanto es indispensable dar una buena educación a este cachorro, que siempre se mostrará lleno de vida.

PRECOZ
A los 6 meses ya lo entiende todo y de los 8 a los 10 meses, si ha sido adiestrado, desempeña su misión con brío. En casa, sabe perfectamente qué es lo que puede hacer.

EL ABC DEL PERFECTO DUEÑO
aunque se le escoge a veces por esnobismo o por ganas de aparentar, el labrador es un perro que puede desempeñar cualquier trabajo que se le confíe. Tenga en cuenta su instinto y no intente convertirlo en símbolo de su estatus.
Manténgase siempre firme con su perro. No ceda jamás a sus caprichos. Esté vigilante y sea tenaz.
Jamás se debe utilizar la violencia con un labrador. En primer lugar, no comprendería el significado de su gesto que, además, le marcaría para siempre.
Al labrador le encanta la vida al aire libre. Multiplique paseos, jogging, excursiones, el perro se lo agradecerá.
Muy afectuoso, el labrador le dará pruebas de ternura y fidelidad.

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