miércoles, 4 de mayo de 2011

PERROS: No olvides limpiarle las orejas

Los cuidados deben ser diferentes según la forma de las orejas. Pero, en todos los casos, se debe llevar a cabo una limpieza regular cada tres semanas, y un control cada dos o tres días, con ocasión del aseo por ejemplo. Un perro de cada diez es llevado al veterinario por una afección del oído. El conducto auditivo del cánido en forma de L es especialmente largo y protege bien el tímpano. Sin embargo en los cockers y las razas de orejas colgantes este conducto cerrado por el pabellón auricular se convierte en un foco de parásitos o de infecciones diversas. En estos perros, hay que redoblar la vigilancia. Contrariamente al gato, el perro no puede limpiarse las orejas él solo. Un pabellón limpio es señal de buena salud. Para ponerle gotas, estire el pabellón de la oreja hacia arriba e introduzca la cánula del frasco verticalmente hacia abajo. La mucosa del conducto auditivo es muy frágil. No utilice algodón, ya que apila la suciedad en vez de hacerla salir. Observe atentamente sus gestos. La menor anomalía puede indicar una molestia.

CONTROLE LOS CONDUCTOS
Otras razas, caniche, york, bichón y griffon, sobre todo, tienen un conducto auditivo provisto de pelos. Éstos favorecen la retención del cerumen, creando condiciones propicias a la inflamación. Tenga cuidado con ellos. Una buena solución: depilar. Corte delicadamente el pelo a la entrada del conducto auditivo, o, si a usted le parece complicado, pida al peluquero que lo haga. Esta elemental medida de higiene es imprescindible siempre que hace calor. Hay que tener en cuenta cualquier manifestación anormal, desde el simple enrojecimiento hasta la supuración purulenta.

SEÑALES INQUIETANTES
Una afección parasitaria o infecciosa se traduce por supuraciones que son de color variable, y que ensucian el pabellón auricular. Si de la oreja de su protegido sale una sustancia oscura o maloliente, llévelo enseguida al veterinario: puede padecer una otitis, una enfermedad muy frecuente en la raza canina. Siempre resulta muy dolorosa, y debe ser cuidada inmediatamente.

CIRUGÍA DEL OIDO
En caso de tumores, otitis crónicas, perforación por un cuerpo extraño, se impone pasar por el quirófano. No es agradable, pero es indispensable. Las consecuencias de una no intervención pueden ser dramáticas: dolor casi permanente y graves trastornos que pueden llegar a provocar la muerte.

UN ASUNTO DE MORFOLOGÍA
Según las razas, las secreciones del canal auditivo resultan más o menos abundantes. El pastor alemán, por ejemplo, padece frecuentemente dolor de oído, vinculado con una abundante producción de cerúmen. El canal auditivo está tapizado por una capa celular (epitelio) que contiene un gran número de glándulas sebáceas que producen cerúmen. Éste es secretado en gran cantidad y debe ser eliminado regularmente.

ELIMINACIÓN DEL CERÚMEN
De esta manera se evitará la formación de tapones, y también la proliferación de bacterias. La instilación de productos ceruminolíticos, seguida de un breve masaje, permite desprender, reblandecer y, finalmente, disolver el cerúmen de un modo sencillo. El perro sólo tiene que mover la cabeza para desembarazarse de los restos.

TENGA REFLEJOS: CUÍDELO BIEN
No le ponga algodones en la parte interna de la oreja, ni utilice productos irritantes como éter, alcohol de 90º, tintura de yodo o agua oxigenada. Para eliminar las impurezas del cerúmen use un poco de algodón empapado en aceite mineral tibio o productos de higiene que le procurará el veterinario.

¿COMO ENTERARSE DE QUE UN PERRO SUFRE?
Si le duele el oído, el perro moverá la cabeza con frecuencia. Se sienta una y otra vez e intenta poner su pata posterior en su conducto auditivo, se rasca y también gime.

LA SARNA AURICULAR
La sarna en la oreja, u otocariasis, afecta sobre todo a los cachorros y a los perros jóvenes. El responsable es un parásito de tan sólo 0'5 mm. de longitud conocido con el nombre de Otodectes cynotis.

FUENTE: Planeta DeAgostini.

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