viernes, 4 de noviembre de 2011

CONDUCTA CANINA: Aprenda a comunicarse con su perro.

El comportamiento canino es una fusión entre lo instintivo y lo aprendido. No hay que olvidar que un perro es un perro, pues aunque parezca una perogrullada muchas personas cometen el error de pretender mantener con sus perros una interacción persona-persona. Casi la totalidad de los rasgos de conducta de un perro responde al instinto de reproducción y conservación de su especie. Enseñar y educar a un perro debe significar enseñarlo a dar rienda suelta a sus instintos naturales en el momento y lugar oportunos.



La inteligencia es algo difícil de medir. Los perros nos parecen muy inteligentes porque nos es más fácil comunicarnos con ellos que con los gatos, o los cerdos, etc. y porque repiten comportamientos por los que antes han sido premiados. En el caso de los gatos, su independencia hace que no necesiten de nuestra aprobación. Los perros aprenden muy rápido cuando les conviene, si obtienen recompensa al efectuar determinada conducta, tenderán a repetirla y si no, lo más probable es que la abandonen. Hay que tener en cuenta que lo que para un humano pueda ser entendido como castigo, para un perro puede representar un premio, pues prefieren la atención que se les brinda al ser regañados que el ser ignorados.



Los perros son animales sociales y desean sentirse integrados en la estructura social. Las jaurías salvajes están jerarquizadas y existen normas sobre el derecho a aparearse y alimentarse, aunque siempre existe alguno que intenta desafiar el orden social. Para evitar graves lesiones que perjudicarían a la manada al completo las agresiones fueron sustituidas por una serie de comportamientos que permiten resolver cualquier conflicto. Estos comportamientos incluyen gestos con rostro y cuerpo, miradas, gruñidos, etc. que expresan tanto intenciones como respuestas. Mediante el juego, los perros descubren los puntos fuertes y flacos de sus congéneres, algo muy útil a la hora de determinar su status social. La estructura jerárquica de una jauría se parece al de una empresa: el director general, que disfruta de ciertos beneficios, y los subalternos que se apañan con mucho menos.

El jefe de la manada es aquel que se lleva la mejor parte de todo: la porción más grande de alimento, lugar más seguro para dormir, atenciones, aliados en el grupo, aparearse y criar hijos sanos, etc. El resto tiene que conformarse con lo que el líder desdeña. Los jefes de la manada son denominados individuos Alfa o dominantes. Cuando un perro vive con nosotros debe asumir que nosotros somos los jefes de la manada y nos corresponden estos privilegios.

Cuando un perro vive con nosotros esperamos que se relacione con sus congéneres de manera muy distinta a su naturaleza y que al encontrarse con otros de diferentes jaurías (familias) se traten a diario sin confrontación o conflicto, y ésto es posible sólo por la domesticación del perro a lo largo de los años (un perro jamás llega a comportarse como un lobo adulto). Además nosotros le sometemos a una socialización precoz, pues desde cachorros les enseñamos a aceptar a otros perros a pesar de que sean desconocidos. Aún así, los rituales y normas de conducta social se conservan.

COMUNICACIÓN OLFATIVA
Los perros delimitan lo que consideran su territorio utilizando su olor personal, "leen" olfativamente la orina de otros perros como nosotros ojeamos el periódico. En estas señales olfativas hay información sobre el sexo, salud, status y situación hormonal. Mediante el olfato los perros también pueden detectar el miedo, pues se cree que cuando un perro está atemorizado libera ciertas sustancias químicas que avisan a los demás del peligro. Quizá sea ésta la explicación de que a tantos perros les aterrorice el veterinario aunque jamás hayan sufrido ninguna experiencia traumática en él.

COMUNICACIÓN VISUAL
Cuando existe contacto visual, la comunicación olfativa deja paso a la comunicación por gestos. Cuando un perro puede moverse con total libertad, sin correa, se toman su tiempo al presentarse a otros perros desconocidos. Al principio es muy probable que ambos se queden como inmovilizados y poco a poco se vayan aproximando despacio y con precaución. A menudo dan una especie de rodeo (dirigirse directamente hacia el otro puede resultar intimidante y puede ser interpretado como un anticipo a la agresión). Una vez cerca, comenzarán a olfatearse mutuamente comenzando por la cara y acabando en la zona genital, que contiene la mayor parte de la comunicación olfativa. Una vez hecho esto puede ocurrir que uno de los dos se aleje (o los dos) y levante la pata para orinar, concluyendo con ésto la presentación, o que se inviten mutuamente a jugar agitando las patas delanteras, acostándose sobre las patas traseras, ladrando...Mientras juegan puede parecer una pelea en serio lo normal es que ambos comprendan y cumplan las normas sociales y no lleguen a morderse fuerte o desafiarse con verdadera hostilidad.

LENGUAJE DE LOS GESTOS
Se asemeja mucho al del lobo. Cuando un perro está relajado y tranquilo su postura lo demuestra, su expresión facial es neutral con sus orejas colocadas en posición normal según su raza, su cola colgará relajada y su cuerpo no parecerá ni agachado ni estirado. Es posible que tenga los ojos entrecerrados y se noten relajados los músculos del cuello y el morro.

Cuando un perro seguro de sí mismo intenta ejercer algún tipo de autoridad o dominar ofrece un aspecto muy distinto. Intentará parecer al otro lo más corpulento y fuerte posible, con cabeza y cuello enderezados, cuerpo levemente arqueado y preparado para atacar.

En la cola de un perro se pueden identificar con bastante claridad su estado de ánimo e intenciones. Si está alta significa seguridad, excitación o dominación, aunque es típico en algunas razas que la cola este alzada permanentemente. Cuando mueven la cola expresan alegría o excitación. Si está totalmente recta y vertical agitándose con movimientos cortos puede ser indicio de actitud dominante y si por el contrario está baja y se mueve con lentitud expresa inseguridad. En muchas ocasiones los dueños de perros agresivos han notado que al atacar sus perros meneaban la cola. En definitiva, la cola es un reflejo tan fiel de las emociones de un perro que al amputársela se está privando al animal de gran parte de la capacidad para expresarse, con lo cual no se debe amputar a no ser por motivos de salud.

MENSAJES SONOROS
Los perros también modulan su voz para producir diversos sonidos como lloriqueos, ladridos, gruñidos, ronroneos gemidos, aullidos...etc Hay muchos perros que entonan aullidos, herencia de sus antepasados de lobo.

GRANDES OBSERVADORES
Los perros comprenden perfectamente nuestras posturas, gestos, expresiones, etc. y saben identificar gracias a ellas nuestras emociones, y aprenden qué les proporciona experiencias gratificantes y qué no. Por ejemplo, ver qué zapatillas nos calzamos les basta para saber si vienen con nosotros a pasear y comenzar a manifestar su alegría. Esta capacidad de observación es una gran ventaja para nosotros a la hora de enseñarlos. Asocian nuestros mensajes con una acción concreta.

HÁGASE ENTENDER
Ármese de paciencia y piense cuántos años le llevaría aprender a la perfección una lengua extranjera. El tiempo, la motivación del perro y la práctica son muy importantes. Esmérese en dejar claro a su perro cuándo está orgulloso y cuándo desaprueba su conducta. Si las reglas son claras, justas y consecuentes su perro se sentirá seguro. Además, si acompaña sus órdenes con gestos corporales y faciales será más fácilmente entendido.

En ocasiones los perros olvidan qué comportamientos son apropiados y cuáles no, necesitan refrescar la memoria con clases de repaso. Hágalo con comprensión. Si su perro está comportándose de manera inapropiada trate de enseñarle utilizando el refuerzo positivo en lugar del castigo y si se porta mal, no lo premie. Para muchos perros el castigo más eficaz es ignorarlos temporalmente, pues los perros hacen cualquier cosa por llamar la atención (incluso portarse mal). Aprenden muy deprisa cuando el castigo consiste en privarlos de felicitación y premio.

Para expresar desaprobación con la voz se puede utilizar el mensaje sonoro "no" o haciendo sonar objetos. Por señas se puede expresar extendiendo una mano abierta con la palma hacia abajo en dirección al perro. Para hacer que el perro asocie estos mensajes con la negación de una recompensa se buscar un premio que le guste mucho, dar al perro dos porciones y colocar la tercera en el suelo; cuando se disponga a tomarla se utiliza el signo y se recoge la chuchería inmediatamente. Este proceso se repite hasta que el animal evite el alimento en cuanto perciba la señal, que suele ser una media de seis veces. Seguidamente se repite todo el proceso sustituyendo la golosina por su juguete favorito o por una salida al jardín para reforzar la asociación. Una vez hecho ésto usted podrá utilizar esta señal para interrumpir cualquier conducta no deseada.

Un perro debe obedecernos porque confía en nosotros y está motivado, que esté deseoso de colaborar y no lo haga por temor a un castigo. Jamás se debe utilizar el castigo físico, que es entendido por ellos como una crueldad a la que no le encuentran sentido, explicación ni causa justificada. Incluso los gritos sobresaltan y atemorizan excesivamente a la mayoría de los perros. Motive a su perro con recompensas, felicítelo por sus éxitos y no olvide que él es un perro y usted una persona que debe expresarse de una manera concreta para que él le entienda. Si tiene alguna complicación o comienza a observar trastornos en su conducta pida atyuda a un profesional de adiestramiento canino.

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